Ponç Guerau de Cabrera, dueño de Castilla

DEDICADO A LOS ARAGONESES DE BIEN

Carles Camp 

F.E.H.C

De la estirpe de los Cabrera, Ponç Gerau de Cabrera era hijo de Guerau II Ponç, vizconde de Girona id'Àger. Aunque otras fuentes lo hacen hijo del padre de Guerau II, Ponce I Guerau, aunque todo apunta a que la primera opción es la correcta.
 
Formó parte del séquito que acompañó Berenguela, hija de Ramón Berenguer III, cuando ésta fue a casarse con el rey de Castilla y León Alfonso VII, en 1128.
 
Casado primero con Sancha de filiación desconocida, posiblemente catalana, no se sabe si enviudó o, lo más seguro, la repudió alegando motivos de parentesco. El caso es que se casó con la hija de un magnate castellano, María Fernández, hija del conde Fernando Pérez de Traba. Así empezó su carrera política en la corte castellano-leonesa.
 
En aquellos momentos, Alfonso VII, rey de Castilla y León se daba ínfulas de emperador y así consta en todos los documentos de su cancillería. En realidad, el suyo era un título sin ningún contenido legal, ya que el título de emperador lo daba el Papa y sólo podía haber uno, del mismo modo que había un solo papa. A pesar de esta fanfarronada Alfonso tenía que hacer frente a numerosos problemas militares de los que no sabía cómo salir: enfrentamientos constantes con Navarra, Aragón y Portugal, además de varias revueltas internas de señores feudales, sin contar con las frecuentes y complicadas guerras contra los musulmanes. El "Emperador" se encontraba totalmente atrapado.
 
Sea como fuere, Ponç Guerau, castellanizado Poncio Giraldo, empezó a dirigir la represión militar de las diversas revueltas con un éxito total. Estos triunfos le dieron suficiente prestigio para luego dirigir todas las acciones militares de Alfonso VII. Por los alrededores de 1137, leoneses y castellanos habían intentado tres veces, sin éxito, la conquista de Badajoz. Ponç Guerau lo consiguió, a la primera, en 1140.
 
En 1138, participa en la conquista de Coria, consolidada en 1142. Entre 1131 y 1135, reprime la revuelta del asturiano Gonzalo Peláez. En 1139, conquista el castillo de Oreja y su comarca (actual provincia de Toledo). Entre 1136 y 1140, participa con éxito en varias guerras contra Navarra, contra Aragón y contra los musulmanes. En 1140, en la batalla de Valdevez, derrota a los portugueses. En 1147, dirige una exitosa expedición a Almería. Distintas batallas y campañas militares consolidan la frontera sur de los reinos de Alfonso VII entre los ríos Tajo y Guadiana. Fijémonos como fue un catalán quien dio a los castellanos unos éxitos militares que no conseguían hacía mucho tiempo. Cabe recordar que, unas décadas antes, Alfonso VI sólo se había conseguido derrotas en sus guerras contra los musulmanes.
 
Seguramente, no fue sólo gracias al mando de Ponç Guerau que
se produjo un cambio tan radical en los ejércitos castellanos . Otros catalanes como Ermengol VI de Urgel (castellanizado Armengol de Urgel) y el occitano Ponç de Minerve (Poncio de Minerva), de los que hablaremos en otra ocasión también ayudaron a esa transformación.

Con su empuje, el «emperador» se vio capaz de emprender campañas más ambiciosas contra los musulmanes de Andalucía, con una campaña de conquista el 1150-1151 en Córdoba y Jaén, incluyendo Guadix y Lorca, el 1152-1153, preparando el terreno para la futura conquista de esta zona. En 1147, conquista Calatrava, con la ayuda del rey de Navarra, el conde de Barcelona, el conde de Montpellier y varios genoveses y pisanos.
 
Ponç Guerau no sólo dio éxitos militares a Alfonso VII, también destacó en numerosas negociaciones diplomáticas, lo que demuestra que el «emperador» basaba su fuerza en las capacidades, tanto militares como políticas, de nuestro hombre. Así, vemos que, en 1140 y el 1143, participa en una serie de negociaciones con Navarra como es el caso del matrimonio de Urraca, hija natural de Alfonso VII, con el rey navarro García Ramírez (García VI de Pamplona), boda que tuvo lugar en 1144 y a la que asistió el mismo Ponç, o, en 1146, en que negocia el acuerdo de vasallaje de Córdoba, o el 1156-1157 en que dirige unas negociaciones con Ramón Berenguer IV. Entre 1153 y 1159 está presente en diversas negociaciones con Cataluña, Navarra y Portugal.
 
Siendo el hombre de su máxima confianza, hecho nada extraño ya que le sacaba una y otra vez, las castañas del fuego, Alfonso VII le nombró conde, en el año 1141. Hay que tener presente que, en Castilla, este título no implicaba, necesariamente, ninguna soberanía ni era un título hereditario, simplemente se trataba de una concesión real. El 1142, además, y esto es lo más importante, le nombró mayordomo (Maiordomus Imperatorus). Ponç Guerau fue el único que reunió a ambas distinciones durante el reinado de Alfonso VII. El cargo, más que militar, político y administrativo, y lo convertía en el máximo consejero del rey, una especie de primer ministro encargado de buscar nuevos ingresos para el tesoro real y nuevas y más seguras fórmulas de exacción de ayudar a Además, el rey en sus curias. Claramente, era el más alto cargo del reino, después del monarca. Llegó al máximo cargo posible en sólo 14 años de estancia en Castilla. Toda una proeza.
 
Estuvo en el cargo durante 16 años, hasta la muerte de Alfonso VII, a finales del mes de agosto del 1157. Cabe destacar que en los 15 primeros años de su reinado, Alfonso había tenido 8 mayordomos, de los cuales el que más tiempo había aguantado el cargo había sido 9 años y no consecutivos.
 
Alfonso VII dividió sus reinos entre sus hijos Sancho y Fernando. Sancho recibió Castilla y reinó como Sancho III. Fernando recibió León. Casi dos años después de su acceso al trono, Fernando II de León nombró Ponç Guerau mayordomo (maiordomus regis) cargo que ocupó durante tres años y medio, desde el 14 de junio de 1159 hasta marzo de 1162. Así pues, en los 38 años que duró el reinado de Alfonso VII y la primera parte del reinado de Fernando II, más de 20, Ponç Guerau fue mayordomo real.
 
Cabe decir que el monarca castellano-leonés fue muy generoso con nuestro hombre. En 1156, le dio Zamora y sus territorios, a título de posesión: Comes Poncius de Cabreira, Princeps cemo. En esta ciudad fue enterrado en 1174. Tenía, además, el título de Tenente, es decir que disponía de su propiedad con el permiso del monarca. También fue Tenente de Sanabria y sus territorios (1132), de Cabrera (1138), comarca natural actual provincia de León, lo que ha dado argumentos a aquellos que han intentado castellanizarlo aprovechando la coincidencia de nombres. En la actual provincia de Salamanca: Ciudad Rodrigo y sus territorios (1161), de los cuales inicia la repoblación y Ledesma (1161). En la actual provincia de Zamora: Benavente (1159), Morales del Rey (1147), Castro Toraf. (1140), Melgar (1146), Villalpando (1146), Toro (1153). También Almería (después de su exitosa campaña militar) y Salamanca (1145).
 
También le fueron otorgadas toda una serie de propiedades y señoríos: Castillo de Albuher (1153), Almonecir (1152), en la actual provincia de Guadalajara; Polgar (al lado de Toledo), Coria, iglesias de San Cristóbal de Salamanca y de San Nicolás de Ledesma. En la actual provincia de Zamora: Moreruela (1143), Manganeses, Villars de Campos, Revellinos, San Pedro de Ceque (1156), Villaferreuña, Morales del Rey, Trefacio (1164) y Gallende; en Galicia Covelo y Sarria. En la actual provincia de Palencia Castro Calbon, Val de Sauce y Cordovella (actual Cordovilla la Real) y un San Pedro y Santa Eugenia que no se han podido identificar. Y la lista puede no ser completa ya que podría haber obtenido otros lugares de los que no nos ha llegado documentación.
 
Cabe destacar la importancia de muchas de las poblaciones citadas, como Salamanca, Zamora, Toro que demuestran la enorme importancia y el gran poder que acumuló Ponç Guerau en Castilla y León. Fue, a todos los efectos prácticos, el hombre más poderoso de los reinos de Castilla y León durante aquellas décadas.
 
No nos debe pasar por alto el hecho de que los castellanos necesitaran catalanes para comandar con eficacia sus ejércitos, lo cual sería indicativo del poco nivel militar de los castellanos de entonces no se conoce, en cambio, ningún castellano que, en aquellos tiempos , viniera a Catalunya a comandar ningún ejército ni mucho menos que llegara a alcanzar tanta importancia y acumulara tanto poder como Ponç Guerau de Cabrera en Castilla y León.
 
Por último, debemos hacer referencia a los dos intentos que ha habido para descatalanitzar-lo. Uno de ellos haciéndolo de origen castellano-leonés y explicando su apellido por una de sus posesiones, como hemos explicado más arriba. La otra, más serio, basado en el Armorial del siglo XVI conservado en la Universidad de Zaragoza, que hace al conde Poncio de Cabrera hijo o nieto de un don García, conde de Cabrera y de doña Elvira, hermana legítima de Alfonso VI. Esta información falseada ha influido en obras como las de los hermanos García Caraffa. O en la Gran Enciclopedia Gallega donde se afirma que procede de un descendiente del rey Ramiro III, un nieto sería vizconde de Cabrera y se casaría con una Legarda de Tost, que serían los padres o los abuelos  de nuestro Ponç Guerau.
 
Ernesto Fernández-Xesta y Vázquez, pese a ser él mismo gallego, en su biografía sobre Ponç Guerau, desmonta estas falsas tesis y demuestra, con toda una serie de estudios documentales y heráldicos, que era hijo de Guerau II Ponç de Cabrera.
 
De él descienden los Ponce de León llamados, a veces Ponce de Cabrera, destacada familia del reino de Castilla.
 
 
Carles Camp
20 de diciembre de 2009